Saludos desde la superficie marciana
Saludos, terrícolas.
Bienvenidos a este rincón marciano del espacio sideral.
Este es un espacio donde verán reflejados mis múltiples cuentos e historias, fruto de mi espíritu rebelde e inquieto.
Algunas historias rasgarán almas y acariciarán el caos. Otras, solo serán entretenimiento pasajero.
Aquí espero regalarles relatos de todo tipo: desde cuentos cortos hasta novelas largas, pasando por algún serial. No dejo afuera fanfics de mis obras favoritas, ni alguna otra creación que mi mente y mis manos me impulsen a escribir.
Alguna vez soñé con ser un escritor bien
pagado, pero los cambios tecnológicos, editoriales y sociales han modificado
mucho el panorama.
Hoy me conformo con que, si alguna de mis historias les gusta lo suficiente,
puedan hacer una donación mínima que lleve el pan a mi mesa y dé sentido al
tiempo que tanto invierto en esto.
¿Por qué
“El Hombre de Marte”?
Cuando investigué opciones para publicar mis historias, muchas no me
convencieron.
Tuve que hurgar hasta el fondo del barril para encontrar algo que me permitiera
tener control total sobre mi arte, sobre mis creaciones.
Hoy estamos llenos de corporaciones codiciosas, y brillar se vuelve difícil.
Pero no me rindo. Le huyo a las llamadas Inteligencias Artificiales, porque las
he investigado a fondo y sé de primera mano que no son buenas para lo creativo.
(De hecho, al crear esta página, recurrí a algunas IAs para lidiar con la programación, y hasta para eso son pésimas.)
En resumen, di muchas vueltas buscando el
formato ideal, solo para chocar contra el muro del nombre.
Tenía que ser algo único, original y, sobre todo, que me representara como
escritor, que reflejara quién soy y cómo me siento.
Así fue como, después de darle vueltas por
horas, recordé una película china llamada Hombre
en la Luna (Man Moon), que narra la historia de un ingeniero atrapado en
una base lunar.
También vino a mi mente una comedia romántica de 1987 con John Malkovich, Creando al Sr. Perfecto (Making Mr. Right),
cuyo tema central es la soledad en el espacio.
Ese sentimiento me toca muy de cerca, porque
siempre me he sentido algo alejado de la humanidad.
He renegado de los problemas sociales y, hoy más que nunca, de la polarización
entre el sector tradicionalista y el más “progresista”.
Marte, el planeta rojo, no tiene muchas
vueltas: mi nombre proviene del dios homónimo.
De hecho, “Martín” significa “pequeño Marte”.
Y siendo un planeta deshabitado, la idea de ser un humano solitario en ese
mundo da nombre a este proyecto.
Otra influencia importante fueron Las Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, que,
aunque tratan sobre la colonización de Marte, abordan temas humanos que se
repiten aún hoy.
Temas que también exploro en mis historias.
Y antes de que alguien mencione El Marciano (The Martian) con Matt Damon,
curiosamente no recordé esa película hasta mucho después de elegir el nombre y
revisar mis inspiraciones.
Es una coincidencia, porque no tomo inspiración directa de esa película, aunque
me guste.
No soy un humano en Marte tratando de volver a la Tierra; soy alguien que busca
la soledad del planeta rojo o, si acaso, la del infinito espacio.
No me malinterpreten: sigo siendo humano, con
todos sus defectos y algunos méritos.
Pero no me siento conectado a la sociedad tal como está hoy.
Y todo esto, sumado a que soy muy observador y autodidacta, me da una perspectiva especial sobre la humanidad. No mejor ni peor, solo diferente.
Quién sabe, tras leer mis palabras, más de ustedes se sientan igual de desconectados de esta extraña sociedad humana y decidan acompañarme aquí, en el planeta rojo, en esta soledad reflexiva.